Estuvo por explicarle lo que significaba cada una de aquellas canciones.
Pero la pudo la sensated, y por supuesto, su cobardía.
Así que le entregó un trozo de su corazón, (trozo del que nunca nadie supo de su existencia), para ver si así pudiera volver a conciliar de nuevo el sueño por las noche. Ahora con la tranquilidad que suponía el saber que le había perdido para siempre.