martes, 19 de mayo de 2015

13/05/2015--> Su metamorfosis particular

Necesitaba una bocanada de aire fresco. 

Empapaba su cara con agua fría. Helada.
Unía sus manos a modo de cuenco y esperaba pacientemente a que el líquido rebosase. 
Ese era su gran momento.
Le encantaba sentir cómo se deshacía sobre su rostro aquel puñado de gotas. Cómo más tarde resbalaban a través de ese pálido semblante hasta su garganta, para, una vez allí, fundirse con su atuendo y humedecer su pecho durante unos minutos.

Parecía renovarse por un instante en aquel ambiente que impedía precisamente eso.
Renovarse.
Llevar a cabo su metamorfosis particular.
La que decían era evolución natural de las cosas.
Dejar atrás ese maldito caparazón.
Y fantaseaba con el día en que, al despertar una mañana, después de un sueño al fin tranquilo, se encontrase sobre su cama sintiendo ser una persona.

sábado, 16 de mayo de 2015

16/05/2015--> De espaldas

Pensaba que el mundo le había dado la espalda, y en realidad era él quien estaba dando la espalda al mundo.

martes, 12 de mayo de 2015

04/2015--> Dadeisna

Ahí estaban ellos, cruzando aquella calle como si nada.

Con los pies sobre la almohada, del revés, escuchando su música, visualizaba aquella imagen.
Trataba de descifrar qué estaría pasando en ese momento por sus cabezas.
Y por la de aquel hombre que les miraba desde más atrás.

Siempre le llamó más la atención Paul.
Por su dejadez. Quizá la forma en que sostenía aquel cigarro.
O simplemente por ir a pie cambiado.
Era distinto, sin duda.

"... I never needed anybody's help in anyway..."

De repente, un ruido hizo que apartase aquellos auriculares de sus orejas. Apoyándose sobre sus manos levantó el torso, giró entonces su cabeza y desvió su atención hacia la puerta de su habitación. Escuchó un golpe seco sobre la madera que no le resultó nada familiar.
Se extrañó.
Pero haciendo caso omiso volvió a colocar sus cascos, dejó ceder sus brazos y cayó sobre la cama.

"... And now my life has changed in oh so many ways, my independence seems to vanish in the haze. but every now and then I feel so insecure..."

¡Pum!

El golpe esta vez fue mucho mayor. Tanto que hizo que de un solo impulso quedase sentada en el borde de la cama.
¿Qué era aquello? se preguntaba, mientras de nuevo, otro golpe sacudía toda la habitación.

Se estremeció.
Aquellas cuatro paredes comenzaron a teñirse de un color pálido dejando a un lado la calidez de su espacio. Comenzó a temblar todo. Su mesilla de noche, su armario, aquellos muñecos que aún conservaba de su infancia.
Todo parecía surrealista.

Fuera, aún persistía aquel repiquetear sobre la puerta, cada vez más grave, cada vez más rítmico, más constante.
Cada vez más estremecedor.

Quedó bloqueada, sin poder articular palabra, viendo como su cuarto mutaba de aquella manera. No creía lo que estaba sucediendo.
Era incapaz de moverse. Le aterraba pensar lo que podría estar desarrollándose ahí fuera.
Y decidió que abrir aquella puerta sería lo último que haría.

De pronto, todo aquello empezó a atenuarse. Pero aquellos golpes sobre la puerta seguían aún ahí. Era como si alguien estuviese tratando de darla un buen susto.

En aquel momento accedió a acercarse a la ventana para ver si fuera seguía todo igual. Inexplicablemente no vio nada. Solo tenía delante de sí misma una imagen difusa y borrosa. Trató de imaginar qué eran aquellas figuras, pero le fue imposible recordar lo que había ahí fuera tras aquellos cristales por los que tantas veces atravesó su mirada, sin ver nada. Mejor, sin querer ver nada.

Y de nuevo, aquel tormento. Esta vez más fuerte que nunca. Retumbaba su cuarto al son de los golpes que recibía la puerta.
Pum-pum, pum-pum, pum-pum.
Como el latir de un corazón a punto de estallar.
Fuerte, rápido. Seco.

"... Help me get my feet back on the ground, won't you please, please help me?...."

Los cascos se soltaron de su adaptador. Aunque apenas se escuchaba aquella canción con la que tanto se sentía identificada. Los cuatro de Liverpool seguían ahí. Como antes. Como si nada.

Y ella en cambio completamente desesperada.
Le dolía la cabeza, su garganta estaba seca, casi no podía ni tragar. Era incapaz de ver con precisión lo que tenía delante suyo. Su corazón empezó a fusionarse con el ruido de fondo, su respiración seguía un compás totalmente arrítmico. Creyó que no podría soportarlo más.

Se apoyó contra la pared y comenzó a llorar. A llorar de verdad. Desde lo más profundo de su ser. Como jamás había llorado. Y se dejó caer. Tapó su rostro con las manos, ocultándose de ni sabía qué. De sí misma tal vez.

No sabía ya cuánto tiempo llevaba en esa posición y entonces se secó la cara con su regazo. Mareada, y prácticamente a tientas, se puso en pié. Logró atisbar el manillar de la puerta. Y casi sin fuerzas ya, lo hizo girar.

Nada.
Como por arte de magia, todo desapareció.
Las paredes retornaron a su color original.
La vista tras la ventana nunca fue tan clara.
Aquel temblor se disipó.

Tras la puerta, una niña.
Era ella unos 12 años atrás, que con los ojos aún empapados en lágrimas y entre sollozos le preguntó si al fin la iba a escuchar.

"Now I find I've changed my mind, I've opened up the doors."