5K por delante.
<< ¿A qué hora empieza? >>
<< ¿Los patinadores no deberían salir por delante? >>
Lógica aplastante.
Como la de que el running y salir a correr no son la misma cosa.
Afirmaste que el dinero marcaba su diferencia.
Y la sentí una idea tan mía... tan propia de mí...
Así que allí estábamos.
Dos completos desconocidos conectados por la misma afición.
Dos personas que salen a correr entre una marea de 44.998
<< ¿Sueles correr mucho? >>
<< Es mi primera carrera >>
<< Puedes ir conmigo, no voy rapido. O lo mismo eres tú quien me deja atrás >>
Y no. No nos dejamos atrás. Hicimos todo el recorrido a la par. Sin apenas hablar. Con la voz entrecortada las pocas veces que lo intentamos.
Pero era reconfortante.
Saberte acompañada en cada momento.
Como cuando no necesitas que alguien te diga nada porque simplemente sabes que está ahí contigo. Así cumplimos el recorrido. Algo más de 31 minutos de presencia plena.
Del aquí.
Del ahora.
Del este momento.
De ver la cara de aquellas personas que se esperaban.
Que miraban de soslayo si sus acompañantes seguían sus pasos, y frenaban si era el caso.
<< Ya no queda nada >>
Y nada quedaba ya.
Quise acelerar, pero tampoco tenía motivo ninguno para querer hacerlo.
Quería entrar con esa persona a meta. E intuyo que por su mente pasó lo mismo.
Así que cruzamos esa maldita línea que puso fin.
La cruzamos y solo me salió querer chocar las manos con aquel desconocido en un acto de complicidad. De querer decir que lo conseguimos.
Juntos.
Pero la suya fue a más y se acercó para abrazarme. Sentí el sudor frío de su cara. Y una satisfación enorme por el esfuerzo y por el momento que me acababa de regalar aquel chico aquel día tan especial para mí.
<< Enhorabuena >>
<< Gracias e igual >>
<< Me tengo que ir. Espero que todo te vaya muy bien >>
<< Igualmente. Un placer >>
Y acabó.
Como acaban las cosas más reales.
La vida, las pesonas... pasan.
Quedan luego los recuerdos y las emociones vividas.
Algo más de 31 minutos de irrealidad.
Algo más de 31 minutos de estar sin estar.
Y aquel abrazo sincero de felicidad.
Dedicado a J.C.
Gracias por esos 31 minutos de compañía.
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